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Orden en casa ¿cuándo deja de ser virtud para convertirse en obsesión?

Marie Kondo, denominada la reina del orden, por sus tips de cómo tener un hogar ordenado, tras la llegada de su tercer hijo, declaró que ya no sigue su propio método por su nuevo ritmo de vida. El orden es parte de nuestra vida diaria, representa una cualidad buena en el ser humano, que la vamos desarrollando y aprendiendo desde que somos jóvenes. El tener todo en su lugar ayuda a nuestra mente a estar en paz y tener la mente en claro pero, ¿hasta qué punto se transforma en una obsesión?

Está obstinación con el orden y la limpieza es un trastorno psicosomático que puede afectar a personas que tienen traumas previos. Se transforma en una manía cuando la mente siente la necesidad de ordenar y lo ven como una obligación. Incluso les molesta cuando cambian las cosas del lugar que ellos han elegido, desencadenando sentimientos de malestar o ira. Cuando todo se encuentra en su lugar generan sentimientos de relajación y tranquilidad.

Existe un punto de inflexión en donde el orden deja de ser un comportamiento bueno y se transforma en una conducta que puede ser dañina, ya que el orden debería brindar al cerebro tranquilidad, pero cuando genera el efecto contrario desarrollando ansiedad, es cuando se convierte en un trastorno. La Dra. María Pilar Berzosa psicóloga clínica y profesora de Grado de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNIR, explica que existen varias señales, por ejemplo: cuando la persona se empieza a enfurecer si existe algún cambio en el orden, a pesar de que sea minúsculo o si se pretendan incluir otros artículos. Otro signo de alarma es cuando la persona empieza a transformar su rutina diaria, quitando horas a actividades como disfrutar de la familia, para ordenar y limpiar.

Las personas que padecen de este trastorno llevan a cabo un proceso meticuloso y exigente a la hora de ordenar, exigiéndose a ellos mismos pulcritud. Suelen ser muy rígidos y perfeccionistas. Por eso cuando viven en pareja pueden llegar a tener problemas familiares, ya que piensan que la otra persona es desordenada y que deben cambiar, cuando en realidad no es así. Al ser tan estrictos se vuelven muy celosos de sus espacios, siendo demasiados rígidos.

Si conocemos una familiar, amigo o incluso si somos nosotros, primero debemos conversarlo y reconocerlo. Es importante mostrar que esta rigidez puede ocasionar problemas en la salud mental y siempre motivar el buscar ayuda profesional. Podemos prevenir que el orden llegué a transformarse en un trastorno evitando la rigidez y volviendo a la persona más flexible, en especial los adultos que tienen más responsabilidades.  Cuando son casos en donde conviven con una pareja, se debe encontrar el equilibrio entre las dos partes, para tener un hogar tranquilo.

Se pueden realizar ejercicios para transformar esa rigidez del orden y la limpieza, por ejemplo, tener días en los que se permite ser más flexible, al hacer esto será más notorio que no existen problemas al ser más tolerante, disminuyendo así la ansiedad y los pensamientos negativos que pueden llegar a tener. La Dra. Pilar Berzosa recalca la importancia de acudir al psicólogo quien es el profesional que ayudará a resolver este trastorno para tener una vida feliz y saludable, para que el orden sea la paz que necesitamos y no la tortura de nuestras mentes.