Quito, 26 de julio de 2021. El asbesto agrupa a seis diferentes tipos de minerales que existen en el medio ambiente y se presentan como fibras. La población en general está expuesta, pero si la exposición es larga, puede perjudicar a la salud. Hay ambientes cómo mecánicas, construcción, fabricación de cartones o tejidos, transporte, fabricación de frenos y embragues, trabajos de aislamiento térmico, mineras, entre otros, donde la presencia del asbesto es mayor y puede llegar a ser crítica. Es ahí donde debe aplicarse una correcta normativa para prevenir o saber cómo manejarlo, ya que hay varias enfermedades profesionales provocadas por la exposición que desembocan en intoxicación del asbesto.
En el año de 1990 el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) creó el documento “Recomendaciones para uso de asbesto”, sin embargo, este no se ha actualizado y el avance en los tipos de asbesto exige nuevas formas de protección y protocolos. El asbesto que está en la naturaleza, llega al organismo al inhalar sus partículas y su exposición puede ocasionar diferentes enfermedades irreversibles. En el año 1978, el asbesto fue declarado sustancia cancerígena, siendo totalmente prohibido su uso en España en el año 2002.
La toxicología médica que se encarga del estudio y efectos de productos tóxicos en el organismo y del asbesto dentro de la Medicina Ocupacional, ha avanzado en los últimos años. Los diferentes tipos de toxicologías requieren ser comprendidas no solo desde la medicina laboral sino, también, desde la normativa legal. Es relevante mencionar que las enfermedades generadas por asbesto suelen aparecer de 10 a 40 años más tarde después de la exposición. Es primordial entender las leyes para poder analizar los diferentes casos que se presenten en las empresas que manejan este tipo de material, así como su composición para la protección de la salud del personal.
Según el Dr. Stefano Basilico, Especialista en Toxicología, “es necesaria la búsqueda de materiales alternativos para optimizar la situación actual”. Esto debido a que las familias o personas que convivan con los trabajadores que se exponen continuamente a este material, también pueden ser perjudicadas. Al presente en el mercado se puede acceder a fibras orgánicas, de vidrio, lanas minerales o sintéticas, sin embargo, es necesario estar informados sobre su composición química para prever futuras enfermedades. Así lo expresó Basilico en el marco del webinar “Toxicología del Asbesto” organizado por el Programa de especialización de Toxicología Laboral de la Facultad de Ciencias del Trabajo y del Comportamiento Humano de la Universidad Internacional SEK.
La UISEK es una institución pionera en el campo de la Salud Ocupacional, desarrolla este tipo de charlas para promover y generar debates que aporten a la comunidad y permitan avanzar en normativas que mejoren el ambiente laboral tanto para empleadores como colaboradores dentro del país.