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Recuperación de prácticas ancestrales para combatir la violencia obstétrica

Quito, 22 de julio de 2021. La violencia obstétrica es una expresión más de la violencia de género. El 70% de las mujeres indígenas del Ecuador sufren de violencia ginecobstétrica según la Encuesta de Violencia contra la Mujer (ENVIGMU 2019), primera en el mundo que recaba datos sobre este tipo de violencia. Se fundamenta en una relación de poder donde la mujer no tiene voz, no puede decidir ni expresar sus necesidades y deseos. En un momento tan importante de la vida de una persona, como el alumbramiento, las mujeres quedan anuladas por prácticas médicas que no son decididas por ellas. Frente a esta realidad la PhD Elena Burgaleta, Coordinadora de la Carrera de Ciencias Políticas de la UISEK, desarrolló una investigación para identificar las causas directas e indirectas de esta violencia a través del estudio de la articulación de las parteras ancestrales en el sistema de salud público.

Al articular los conocimientos ancestrales a las prácticas científicas se busca la integración de la diversidad cultural en las políticas públicas de salud y reconocer, en el caso de la obstetricia, que el parto no es sólo una técnica para que nazcan niños/as sanos/as, sino una experiencia vital para las mujeres que incluye cambios en su cuerpo; su estado anímico y psicológico; su sexualidad y sus condiciones de vida.  Para Burgaleta, los altos índices de violencia obstétrica entre las mujeres indígenas no podrán ser solamente solventados bajo políticas públicas, las cuales, al igual que los derechos sociales o la violencia de género, no toman en cuenta las variables de la diversidad cultural. El origen del problema está en la falta de reconocimiento de las mujeres como sujetos y su capacidad de agencia en la toma de decisiones sobre su cuerpo.

Los estudios de violencia obstétrica deben incluir una perspectiva interdisciplinaria; en el caso de esta investigación se incluyó a las áreas de Ciencias de la Salud y la Psicología, permitiendo así un análisis más profundo e integral. La investigación de Burgaleta “Violencia obstétrica contra las mujeres indígenas y articulación de las parteras ancestrales en el sistema nacional de salud” analiza la vulnerabilidad intercultural donde por razones de etnia, género y clase determinados grupos sociales quedan totalmente excluidos de las políticas públicas y del acceso a los servicios de salud, y cuando acceden a ellos, lo hacen en condiciones precarias. Por ejemplo, según la investigadora, “la información sobre la asistencia al parto en mujeres indígenas que viven en comunidades más aisladas y que no hablan castellano, supone un gran obstáculo en su capacidad para decidir cómo quieren alumbrar o tener información sobre el tratamiento que van a recibir”. Para Burgaleta, este derecho a la información sobre su cuerpo y capacidad de decisión queda totalmente anulado.

La UISEK, bajo su compromiso de generar un impacto social a través de la investigación, promueve este tipo de estudios que poseen un alto grado de vinculación con la sociedad. Es así como, en un futuro, se planea presentar un Manual de Buena Prácticas Obstétricas con una perspectiva intercultural para socializarlo en centros de salud y comunidades. De esta forma se pretende tener un impacto en las políticas públicas de salud obstétrica en el país. Para Elena Burgaleta, quien presentó esta investigación en el XIII Congreso Iberoamericano de Ciencia, Género y Tecnología organizado por la CIESPAL, “es primordial que este tipo de estudios se repliquen y generen una verdadera transformación social al mejorar las condiciones de la atención obstétrica de las mujeres indígenas”.