Con 2.6 millones de personas que luchan por acceder a alimentos suficientes, seguros y nutritivos, aún hay mucho trabajo por hacer para reducir los niveles de inseguridad alimentaria en Ecuador. Este panorama es aún más crítico para las personas en movilidad humana, ya que 6 de cada 10 personas de este segmento no pueden acceder a una comida caliente al día, una problemática que se agrava con las múltiples crisis que atraviesa Ecuador. Así lo revela la Evaluación de Seguridad Alimentaria de Emergencia 2024, realizada por el Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés).
Matteo Perrone, representante de WFP en Ecuador, subrayó que los índices de inseguridad alimentaria no se han podido reducir desde la pandemia. “Tener una alimentación variada y adecuada es una de las principales preocupaciones tanto para la población en movilidad humana como para las comunidades de acogida. Este 16 de octubre, en el Día Mundial de la Alimentación, nos brinda una oportunidad para reflexionar sobre las acciones que podemos impulsar para mejorar la seguridad alimentaria en Ecuador”, expresó Perrone.
Las provincias con mayor concentración de personas en movilidad humana son Guayas y Pichincha, ambas con el 25%, seguidas de El Oro con el 11%. Aproximadamente un tercio de esta población proviene principalmente de Venezuela y Colombia. Entre los grupos más vulnerables se encuentran las mujeres embarazadas, de las cuales el 24% enfrenta riesgo nutricional, así como el 19% de las mujeres lactantes.
Ante esta situación, organizaciones como WFP brindan asistencia alimentaria a grupos vulnerables, incluidos migrantes, refugiados y comunidades de acogida, a través del apoyo a más de 50 albergues, casas de acogida y comedores en todo el país. Los principales beneficiarios son venezolanos, colombianos y ecuatorianos, con las comunidades de acogida representando el 25% de los beneficiarios totales.
“Los albergues y comedores no solo ofrecen alimentación, sino que también promueven hábitos para mantener una alimentación variada y nutritiva.”, agregó Perrone.
Esta agencia de las Naciones Unidas también ha capacitado a los centros en inocuidad alimentaria y supervisa mensualmente para mejorar las normas de servicio. La asistencia se proporciona a través de vales electrónicos, valorados en USD 2 por día, que pueden ser canjeados por productos alimenticios en una cadena nacional de supermercados. Además, se apoya en la creación de menús para garantizar la diversidad alimentaria y el respeto a las tradiciones culinarias de los migrantes y refugiados.
“El derecho a la alimentación es uno de los derechos más fundamentales que todos compartimos, y el Gobierno de los Estados Unidos está comprometido con garantizar que las personas en todo el mundo puedan acceder al mismo. Hoy celebramos el Día Mundial de la Alimentación como un recordatorio importante de que el hambre es un problema que se puede resolver, uno que requiere compromiso, colaboración y esfuerzo sostenido. Hoy nos unimos para destacar a las mujeres, hombres, niños y niñas que están ayudando a hacer realidad el derecho a la alimentación para todos”, expresó Arthur W. Brown, Embajador de los Estados Unidos en Ecuador.
Visita por el Día Mundial de la Alimentación
En el marco del Día Mundial de la Alimentación, WFP y la Embajada de los Estados Unidos realizaron una visita al Centro de Cuidados Temporales San Antonio de Pichincha, administrado por la Fundación Nuestros Jóvenes. Aquí se abordaron los desafíos, limitaciones y estrategias para enfrentar la inseguridad alimentaria en Ecuador.
El centro forma parte de los más de 50 comedores, casas de acogida, y albergues que WFP apoya en 11 provincias de Ecuador, beneficiando a 130 mil personas en total gracias al financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID BHA). Este centro tiene capacidad para atender a 80 personas diarias, brindando servicios integrales que incluyen refugio, alimentación, atención médica y apoyo psicológico. Además, cuenta con un Centro de Desarrollo Infantil (CDI) para niños de 2 a 6 años, tanto de la población acogida como desplazada, y ofrece apoyo académico para niños en edad escolar.