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Transformación digital

Si su negocio no está en Internet, su negocio no existe”. Es la frase que acuñó Bill Gates, presidente de Microsoft, hace ya algunos años. Hoy en día su interpretación se adecua más a“si los negocios no se han transformado a la economía digital dejarán de existir en los próximos años”.

Suena extraño, pero esa sí es la “real realidad”. Hoy por hoy no queda un camino distinto que convertirse a esa dimensión y pensar simplemente en digital.“Todos los caminos conducen a Roma”, dice el popular refrán, y Roma es la transformación digital (TD). ¿Por qué?

Razones hay muchas, una de ellas, está en la esencia de la frase del fundador de Microsoft. Sentido de supervivencia. Cuando se empieza a observar lo que tienen en común las generaciones Millennials y Centennials, lo que aparece es el factor digital. Y, de hecho, eso es lo que quizás más ha permitido su interrelación. Así, si las empresas no logran transformarse, transformar sus procesos y –fundamentalmente- sus comunicaciones, tendrán muy pocas oportunidades de sobrevivir. 

Muchas de ellas, en diversos ambientes, aún están trabajando y comunicando de manera tradicional. Sin embargo, las generaciones de hoy se están sintonizando con el entorno de otra manera: menos cantidad de información -o mejor- información clasificada, más accesible, y cuando la deseen y no cuando las empresas la gestionen. 

Más aun, la transformación digital implica que la innovación no sea del resorte exclusivo de un departamento de investigación y desarrollo, sino que venga cuando los radares se ponen fuera de la empresa. Implica concebir dicho componente como open innovation; es decir, que viene de la gente externa, de crear comunidades y no de crear clientes, y de escuchar al social media para llevar la sabiduría de esta al núcleo de la organización.

Lo que las redes sociales han probado es que hay una Internet inteligente. Los perfiles de los consumidores están allá de manera latente y de lo que se trata es de analizar la data que está siempre disponible para saber y actuar en consecuencia. La configuración del perfil social está a la orden del día, y está aún más reforzada con los dispositivos móviles. Las aplicaciones parecen hablan entre sí, por encima de hablar con el ser humano. 

A ello se agrega el factor oportunidad. Lo que hay que entender también es que, muy a pesar de lo abrumador que parezca, el ambiente digital cambia y las empresas lo que deben hacer es aprovechar el momento antes de parpadear. Blockbuster parpadeó y la humanidad supo el fin de “la película”. Un ejemplo entre millones. Quienes conocen del tema convergen en que hay que aprovechar el instante porque se están dando los primeros pasos en ese tránsito, en el que se marcha aún por el génesis del camino y es la mejor oportunidad de empezar a adaptarse para encarar los más fuertes cambios digitales por venir. 

Pero lo importante del cambio no es el cambio en sí mismo, aclara el ingeniero de sistemas y experto en marketing Ricardo Dicarlo. Hacer que las empresas sepan cómo iniciar esa transformación digital resulta relevante. Hay cambios que pueden ser creados desde la empresa, en forma natural y uno abrupto, que es sensible a las externalidades. Sin embargo, la idea es que las empresas no lo hagan de súbito porque este también puede implicar morir en un mercado donde la curva de adaptación es preponderante. 

Así, el quid del asunto, resalta Dicarlo, está es en la profundidad con que las empresas hagan la reestructuración para poder sobrevivir en el mercado. Dicho de otro modo, ante la necesidad del cambio, la profundidad está por encima de la velocidad, y la primera terminará incidiendo en la segunda. De hecho, cuando la dinámica se da dentro de entornos digitales, la objetividad de los datos hace imperativo que las decisiones sean ágiles y sin dilaciones, porque el punto de partida, muy a pesar de las externalidades, es la certeza. 

La transformación digital implica cuestionar las alianzas tradicionales. Y es que la empresa que hoy empezó a hablar en digital quiere seguir teniendo ese lenguaje, luego buscará su par sin mirar el retrovisor, por productivo que haya sido. Los protagonistas del B2B tendrán que poder estar en la misma latitud para subsistir. 

Temas como las brechas generacionales, evolución de la comunicación, redes sociales, manejos de crisis, Big Data y eCommerce son temas ineludibles en el protocolo de cualquier empresa, y cada uno de ellos tiene un capítulo aparte dentro de la transformación digital. Es necesario actuar en los diversos cambios del entorno para estar presentes y ser relevantes con los públicos, clientes y socios.