Saltar al contenido

TAKEDA: La importancia de reconocer enfermedades intestinales

La enfermedad inflamatoria intestinal conocida como EII es una afección crónica del tubo digestivo que provoca que partes del intestino se enrojezcan y se inflamen causando mucho dolor. Puede ocurrir a cualquier edad, pero se suele diagnosticar en adolescentes y adultos jóvenes.

La EII tiene usualmente dos picos para manifestarse, entre los 20 y 30 años que es donde se diagnostica a la mayoría de pacientes, mientras que un segundo momento de la enfermedad puede presentarse a partir de los 50 años. Por eso es muy importante que los pacientes estén pendientes cuando detecten alguno de los síntomas más comunes de esta patología y acudan de inmediato al médico especialista.

Dentro de EII se presentan dos tipos, el primero y más común es la colitis ulcerativa (UC) que provoca una inflamación duradera con llagas en el revestimiento más profundo del intestino grueso, colon y recto; por otro lado, también está la enfermedad de Crohn (EC) que se caracteriza por la inflamación del revestimiento del tubo digestivo que suele extenderse hacia adentro de los tejidos afectados, manifestándose desde la boca hasta el ano causando una gran lesión en toda la pared intestinal.

Los síntomas de la EII varían según la gravedad de la inflamación y la región donde aparecen, con períodos de enfermedad activa seguidos de períodos de remisión graves y leves que frecuentemente se manifiestan con diarrea, fiebre, fatiga, dolor, cólicos abdominales, sangre en las heces, disminución del apetito y adelgazamiento no intencional.

Entre los factores de riesgo para contraer la enfermedad inflamatoria intestinal están la edad, el historial familiar que es una de las posibles causas ya que si se tiene un hermano o padres con EII el riesgo es mayor; el tabaquismo es uno de los elementos que contribuyen para contraer la enfermedad de Crohn, el consumo de alimentos con alto contenido de grasas y refinados.

De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto de Seguridad Social (IEES) sobre un total de 206 pacientes con Enfermedad inflamatoria intestinal se detectó que 148 de ellos tenían colitis ulcerativa y el tiempo promedio desde el inicio de los síntomas hasta el diagnóstico final fue de 7,5 meses. Por otro lado, se detectó que 58 pacientes tenían la enfermedad de Crohn y el margen de tiempo desde el inicio de los síntomas fue de 11,6 meses. La edad promedio de diagnóstico tanto para CU como EC fue aproximadamente 42 años.

El síntoma más frecuente detectado en los pacientes del estudio fue el sangrado digestivo con el 62,2% en CU y en EC fue diarrea crónica con un porcentaje de 37,2%. La prevalencia de EII en Ecuador es de 5,2/100.000 habitantes, correspondiendo el 3,7 para CU y 1,5 en EC, con un cuadro que presenta un incremento equiparable al reportado en otros países considerados de bajo riesgo en continentes como Asia, África y Sudamérica con datos que demuestran que el comportamiento de esta enfermedad se aproxima al de aquellos países considerados de alta prevalencia.

Actualmente se vive una emergencia sanitaria mundial que afecta en especial a pacientes con diferentes condiciones y patologías. En el caso de quienes padecen de EII, dependiendo de su estado de enfermedad, la dificultad radica en acudir a los centros médicos ya que es delicado exponerse al virus de COVID-19. Por otro lado, se han realizado estudios en España que muestran que el riesgo de complicaciones dependerá del grado de actividad de la enfermedad, siendo mayor en los pacientes activos, además de que la medicación inmunosupresora que utilizan podría también tener un impacto en la evolución de la COVID-19 en el cuerpo del paciente.

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal es una patología grave que no tiene cura y en la cual los pacientes que la padecen en ocasiones no tienen acceso a medicamentos y tratamientos que los ayude a tener una mejor calidad de vida. De acuerdo a la doctora María Luisa Jara, gastroenteróloga del Hospital Teodoro Maldonado Carbo, “es importante fomentar la creación de políticas de salud en beneficio de los pacientes con EII, en donde se garantice el derecho a la atención y se asegure el control periódico y oportuno en centros especializados con atención médica “multidisciplinaria”.

“Es fundamental la concientización de los médicos, del paciente y familiares sobre la gravedad de esta patología, la importancia de los controles médicos regulares y la adherencia al tratamiento (recibir la medicación en la dosis y el tiempo indicados), pues el retraso o la suspensión de la medicación ocasiona fracasos terapéuticos, recaídas y progresión de la enfermedad”, concluyó la doctora Jara.